28.3.09

Moe Sociólog(uit)o

Últimamente, el presente blog estuvo incrementando su número de visitas gracias a la difusión del artículo que escribí hace casi dos años sobre Los Tres Chiflados. No sé si tiene que ver con que próximamente va a rodarse una película que recree algunos cortos (asumo que se escribirán nuevos), probando la inefable actualidad de su humor...

Lo que me llevó a pensar que quizá pueda seguir dando muestras de lo último mediante sucesivos posts intercalados (aunque lo quiera, debo lograr un balance y no sobrepoblar de teoría chiflada, por más que "todo es teoría", como dice Ruth Sautu), colgando algunos fragmentos audiovisuales de ser posible, para que sea más "entendible".

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¿Casado o feliz?

En "No Census, No Feeling" (1940), Moe, Larry y Curly pasan de estar durmiendo dentro del techo plegable de una tienda de antigüedades, a escapar del dueño del local por haber roto algunos objetos y terminar trabajando como "sociologuitos" encuestadores. La premisa que incorporan al hacerse con las enormes carpetas que contienen las encuestas es "mientras más gente encuestada, más plata". Esa es la lógica, cada persona, cada unidad de análisis, es, aparte de un objeto específico de investigación social, un cliente. Personas = dinero. Por eso salen a la caza de todo sujeto que se les cruce, ingresando despiadadamente en casas de adinerados que juegan a las cartas y también, -la gran escena del final- al ver un estadio de fútbol repleto de gente, como deportistas, persiguiendo a cada jugador para obtener sus respuestas.

La escena que aquí reproducimos, lo tiene a Moe como protagonista. El es el sociologuito que golpea a la puerta de una casa, para ser recibido por "Henery". El nombre de este personaje sólo lo sabemos por el grito desesperado de su esposa...

Moe: - Buen día, Sr. Soy el encuestador. ¿Es usted casado o feliz? /
Henery:- (intenta hablar) ... /
Esposa:- Henery!!
BAAAAAAMMMMMMMMMMMMM! /

Claro, cuando Henery se disponía a contestar y ser un buen cliente, el llamado de su mujer hace que se agache graciosamente, y un jarrón -probablemente de vidrio (!)- sale volando desde adentro, impactando de lleno en la cara del censista.
Despúes de caer por las escaleras, el extenuado investigador recupera su planilla y entiende: "casado".



El cortometraje entero: Parte I - Parte II

23.3.09

Otro día en la vida


Más o menos lo que sentía por esta fecha, hoy se repite. Es verdad que ahora entiendo mejor algunas cosas -y peor otras-, pero lo lamentable sigue. Y yo no pude hacer nada, ni el resto tampoco. No pretendo poner el asunto muy a oscuras, pero si bien falta luz, la reflexión constante (y no rayana con el hartazgo) debe ser como una linterna, para guiarnos, para desvelarnos. Porque hoy en día nos pintan la situación del país de manera que, los mismos que dirigen todo (que son los actuales dirigentes, y la oposición también), después se nos quieran presentar como los presuntos salvadores, y así seguir con el horrible ruedo. Ojalá pudiera decir nunca más todos estos pelmazos que están "peleando" por el poder ahi arriba, mientras que aquí, aparte de sufrirlos, nos engañamos leyendo sus pactos y declaraciones. Tan dificil hacer el trabajo, eh? Sentarse en el escritorio, poner las firmas, destinar el dinero a donde hace falta? Si el sueldo alcanza... todo básico, todo masticado infinidad de veces en la mente, pero cada vez me asombra más... TAN DIFICIL????

(y sí, a pesar de eso, parece que tenés que estudiar mucho para entender de estructuras, aparatos y demás. Si bien alguna vez llegaré a comprenderlas lo suficiente, y poder hacer cosas con ello, entiendo que la parte subjetiva, humana, honesta, debe considerarse: frena toda política, todo estudio merecidamente objetivo, lo embadurna y lo torna aparentemente inaccesible. Y muchos tropiezan tantas piedras, tantos escollos, que logran cansarnos)

13.3.09

Campo de batalla

Cuando uno a través de los días, lee o escucha algunas cosas, está en condiciones de robar siempre alguna cita, frase, verso, que queda rondando en la cabeza. El estado actual de la situación nos trae al amigo Graham Greene, en su Campo de Batalla.

"(...) Luchaba porque le pagaban para luchar, y sólo de vez en cuando la visión de alguna brutalidad otorgaba cierta convicción a su lucha. Otras veces, el motivo más noble que podía descubrir era el de cumplir con su deber; ninguna razón abstracta lo impulsaba a prohibir ese mitin, a interrumpir aquel otro, a hacer arrastrar a este socialista acusado de discursos sediciosos, a vigilar la tribuna de aquel fascista que sólo hablaba de bayonetas y de ametralladoras; así lo quería la organización a cuyo servicio se encontraba. Sólo cuando estaba cansado o deprimido, o sentía el peso de los años, soñaba con una organización a la que se pudiera servir por razones más elevadas que un sueldo, una organización que mereciera su fidelidad por su justicia inherente, su justa distribución de las recompensas, su sensatez. En esos momentos, pensaba con amargura que ya era demasiado viejo para ver la realización de su sueño. Su cara delgada, descolorida por incontables fiebres, demacrada por años de fiel servicio mercenario, revelaba momentáneamente la envidia que le inspiraban los jóvenes, que quizás un día podrían ofrecer sus servicios a algo que realmente parecía digno de ser servido. "

Greene, G., Campo de Batalla (1954; trad. J. R. Wilcock)

No es necesario que explique tramas, o presente al personaje que eso siente. Es el fin de un capitulo, da en el clavo como siempre. Puede ser una crítica al sistema, desde un puesto burocrático público alto, -aunque nunca creí que el autor profundizara demasiado en la alternativa de la época (parece que el marxismo es demasiada economía y muy poco catolicismo para su gusto, aunque todo en él es sospechable)-, puede ser, entonces, una Fe. No importa en qué, todo es creencia y esperanza en algo. Esa Fe, por más sólida, igualmente parece hacerse trizas frente a lo corpóreo: si el hombre pierde sus energías, va quedando sólo lo deplorable, y es ahí donde le gusta jugar al autor (allí está el área de combate). El sueño, una organización de la que estar orgullosos, no anularía esa Fe, el desgano físico no sería más que el momento de apreciar ese orgullo.

9.3.09

Cerveza tirada (*):

Bueno, es que aqui estoy de vuelta

-en vertical-
entre edificios, frente a pantallas;
vengo de piedras y reflejos de aguas,
no me traigas pues, más pedazos
de vidas virtuales, ni salidas a la moda,
no más fotos para verse uno mismo, de vuelta
y que te comentes como si estuvieras frente al espejo.
No más egos, ni laureles a tus pies.
Tampoco quiero ser porque ustedes lo sean,
dejenme ser un payaso, aunque sea el único,
lo seré. No hay problema, lo seré si me pinta,
la risa, el cosquilleo, el agua del traje rosa,
los zapatos que pisan, chaparrones y mojan a las señoras.
No quiero ser el centro, pero tampoco estar fuera,
me gusta verlos, pero de verdad. No es un toque y me voy,
ya tuve demasiado. Floto, me lanzan una cuerda y ya estoy.
Con ustedes, queridos seres.
No me pidan, entonces, que me haga una estatua,
que quede inmortal en la red, no daré lugar a la cantera,
por fin diré que no. Lo individual tallará ese "no".
Sí, sé que suelo dar otra imagen. Sonrío más de lo que siento.
Si lo saben, no lo han dicho, pero no me ofendo. Sonrisa cáustica de vuelta.
Aquí, en estos pasajes.
Y espero que resuenen mis pedidos,
y el bosque los escuche. Si la pasan bien, ya saben que me alegro,
no crean que así yo también me divierto. Es bueno que lo sepan,
mis estimados seres.
He vuelto, sí, y? Estoy aquí, inadvertido con intención, silenciado,
lo he estado, por supuesto. Pero veo que si influyo aunque sea algo,
uno con la presencia ya contamina, no del mal modo siempre: desprende
cariño, ganas de compartir, esperanzas. Lo que tratan ustedes de ignorar,
o de cubrir con gastos de energía, yo traté de que fluya, no fueran necesarios
las cobranzas, la bebida, o las maquinas. Hay otros medios y traté de darles cabida;
algunos lo han apreciado, otros siguen para adelante, ocultando sentimientos mezquinos.
Me enorgullezco un poco, lo admito. He estado un poco a la ligera, y fuera de lo convencional.
He recorrido caminos propios, "tantas rutas", y las he pintado.
Algún día todo sonará bien, cuando pinte mi obra maestra,
allí algunos comprenderán lo que presentían, y yo estaré ahí todavía,
mejor dicho, en verdad, pasa en este mismo instante. Me creo de repente
más que antes, he desplegado, un tallo más escribiendo estas letras,
cargadas, pero lo que se ve es muy poco. En mi interior, ya sabes.
Está aquí, donde mi persona.
Donde he vuelto, a mi alrededor.

(*) ejercicio, letra y descarga

 
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