12.7.10

Sobre el cambio repentino de la vida en sociedad

El otro día vi por la tele una de las pelis que componen la secuela de Shrek, creo que la tercera... La agarré empezada, y estaba más que cómodo, la imagen pasaba por la tele sin que le diera muuucha atención...
En una parte cerca del final, todo se cuece como para que al ogro finalmente lo mate el rubio platinado dueño del condado, a la vista de todo el pueblo, como forma de mantener la legitimidad y seguir en el poder a expensas de sacrificios de sus vasallos. Claro que la torta se da vuelta con el plan de rescate de los amigos de Shrek y ante todo el pueblo se producirá la caída de la tiranía del rubio...
Curiosa es la manera en que se produce el viraje. En un momento algunos de los presentes van mencionando las cosas que no pueden hacer por incapacidad propia o desesperanza, justificándolo desde su inhabilidad personal o individual... Ahí justo me puse a pensar en el individualismo en que, nuevamente, una película yankee no puede evitar dejarse caer... La no satisfacción en la vida por falta de capacidades individuales, como mero explicativo. Pero me asombró que aquí se diera el paso siguiente: de repente, todos parecen coincidir en que la culpa no puede recaer sobre sus propios hombros por siempre, y así guardias y demás juguetes militares arrojan las armas al pie del escenario y ¡que caiga el Rey! ¡que caiga esa vida atada a algo de arriba, desencadenados somos!
No me acuerdo bien de la peli, sólo como una torre se cae sobre el rubio y todos contentos inmediatamente se reconocen entre sí como iguales dentro de un cuento de hadas y pasan a mejor vida en la misma Tierra.


Creo que me dejó pensando, pero sólo hasta volver a caer en la realidad... aggh, y qué bien!

 
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