Me gustaría vivir en un país bajo el mar. Donde los pulpos cuidan sus jardines y los peces multicolores se mueven libremente. Los humanos pueden respirar con tubos de oxígeno, o sin ellos. Submarinos amarillos se desplazan suavemente por debajo de las olas y los campos de frutillas resisten para siempre. Los "meanies" (monstruitos azules que odian la música) dejan la vida submarina y se dirigen a la Argentina, porque la Banda de los Corazones Solitarios del Sargento Pimienta está constantemente tocando música. Un hombre de ningún lugar vive solo en una tierra de ningún lugar, tramando sus planes de ningún lugar para nadie. Los bulldogs ladran, y de sus hocicos salen burbujas, y podés escuchar: "Hey Bulldog!". Si te sentís solo, podés hablarles.
Existe un lugar al que podés ir, y está en tu mente, y no hay allí tiempo. Cuando estás en medio de un sueño, nadie te sacude, nadie te despierta. El Dr. Robert tiene todo lo que puede, dice "bien, bien, estás mejor...". Y al momento, estás tan feliz... sonreís aquí, allí y en todas partes. Los taxistas trabajan ocho días a la semana, pero para ellos, todo lo que necesitás es amor. En una ciudad (Dakota), un tal Rocky Racoon colapsó en una esquina; otro tipo, Daniel, le ha disparado. En las escuelas, cada días mejoras, los maestros no te dan con reglas. Te sentís bien (con una pequeña ayuda de tus amigos es mejor), y al final, el amor que recibís, es igual al que das.
Se ve que al tipo le gustaban los Beatles, porque nadie le pondría a esa verdulería un 9 (nueve). Me temo que, no obstante, le importaba todo un comino. A nosotros nos pareció tan genial la situación en ese entonces que mantuvimos el manuscrito guardado. Pero, como parte de los revivals que salen todo el tiempo para honor de la nostalgia, lo cuelgo acá. Todo tiene su valor.
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