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Breve esbozo de conformación de humaredas sociológicas:
Lo sé, todavía no se termina el cuatrimestre. Pero es un buen momento para establecer cómo se siente lo estudiado recientemente. En el cuadro podemos apreciar cómo las teorías sociológicas se nutren del marco real de vida para estructurarse (!) y también de un poco más. Vemos que el pochoclo y las bebidas a base de extractos vegetales funcionan como estímulos para que los traseros se mantengan en los asientos y la mente comience a maquinar los límites de esquemas analíticos que serán estudiados por la posteridad de nuevos sociologuitos y demás salames. Vemos cómo eso puede aburguesar, y si la sociedad anda, digamos, la yankeelandia de los '30, entonces, el dibujito del cerdito no tiene desperdicio. Este estado influye en todos los pensadores por igual, aunque algunos se resisten un poco más, osando mostrar tintas que contradicen. La teoría de sistemas se mete en los intersticios de estas mentes lúcidas y ellos arman complejas formas de entendernos. Como se ve, la discordia Habermas-Luhmann es otra distracción, y ambas se respiran originales, cuando logramos encontrarle algo de pelusa a su endemoniado léxico en fotocopias borrosas y armadas al revés, decoradas por anotaciones al margen y reflejos fluorescentes de marcador (que subrayan: capitalismo tardío, autopoiesis, contingencia, sistema x15463463634 veces, crisis, expectativas, rol, desviación, comunicación, individuos, putos, todos). Y todos pican en cierta medida un poco de pochoclo y se toman un par de tragos de coca-cola y derivados, para sentirse en la sociedad de la que hablan... y algo más. Aunque lo nieguen, en el trasfondo está el j.c. hinkelammert por todos conocidos, humareda color campo que flota de los escritorios y bibliotecas de estos grandes de la teoría... como se ve, los contamina a todos -aunque casi nada al parsons, que parece salvarse... en realidad tiene otras fuentes de mejor calidad-, porque todos saben que hablan de conceptos y demás limitados. Por otra parte, está el Hinkelammert con mayúsculas, que los destroza y sigue pensando en otros términos... pero ese está claramente tapado por el humo... habrá que oxigenar un poco y dedicarle algo más de atención...
Seguiré ahondando en tan interesantes aportes próximamente... ahora a olvidar por una noche todo ello.
26.6.09
Descarga sociológica I
Etiquetas: sociología berreta
18.6.09
12.6.09
3.6.09
A tientas, al claro (I) -revival-
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Nos cuesta tanto no tramarlo, pero ya nos toca.
Rodamos, impulsados por vientos hostiles, revoloteando al vacío.
Nos sumergimos en aguas incendiadas, tristeza sangrienta
Que desbordan las mirillas, inaudibles ya los lamentos celestiales.
Cuando atenúe el rezagado –salvaje- trozo de Tierra clareado,
Consumido por izar blancas de rendición a cuestas del sólo orificio
Y se difumine todo lo que atesoramos en volutas: las letras, las melodías, las otras vidas;
El Amor, la Vida, lo que nos embriagaba.
Allí sólo recordaremos, un instante antes del final:
Que deambulado por pastos, aplastado todo instinto,
Vapuleada cada ofrenda de frente,
El amor del Sol frecuentó los infiernos y quedamos
Rojos. Insuflados, hartos de los trigales, atentos a la carga de las nubes
Desposeídos bajo el reflejo de luces multicolores, e historias de grandes
Que invocaban la esperanza de los puros y la humedad.
Viéndonos en el confesionario, mareados y encadenados al templo
En esferas dispersamos los actos para confundir al extranjero
Que somos nosotros mismos, sin darnos la mano en la miseria
Pero pasando varios dedos por detrás de la espalda de elegidos,
Entendiendo que no nos deben quitar lo robado
¿Para sentirnos un escalón más alto? ¿Consiguiendo qué?
Cuesta, es sabido, no caer en esos ánimos, cuando te acorralan
Y todos parecen desdeñar lo que nos une imperceptiblemente.
Que el amor dado y el recibido no son recíprocos
Y el intento por superar esto te lleva a ser un mártir
Como si sólo algunos pudieran;
todos pueden, pero no es un total de sumas-
tener ejemplos guía, aunque estanca-.
Aglutinarse para sobrevivir y no sentirse correspondido
Por el hecho de fijarse en otros que ya se saborearon.
Esperando atarse a semejantes, al ser único en la multitud,
Que a veces puede estar tan cerca, y otras tan lejos, pero siempre en los sueños.
Impregnarnos de contacto, de pieles que van y vienen,
De caricias que son compromisos, y apretones que valen dinero.
Extrañar necesitar tanto, querer tanto
Como el día que nacimos, cuando todo lo sabíamos.
Y ante la imagen incandescente de nuestro brote,
Alzamos las cejas, inundamos el lagrimal y señalamos una Luz al fondo, titilante.
Es lo que nos temíamos: sólo puede verse en nuestra hora.
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publicado en vinodelhastio.blogspot.com el 23/4/2008
1.6.09
A ese alter-ego
A ese alter-ego
(descarga de un saque en términos de roles y status, a los que cambio por esperanzas y utopías, oprimidas estas por quienes están por sobre nosotros ya satisfechos y temen)
Tal vez no tenga el mundo para darles, pero quizá algunas palabras para darnos la mano y sonreír; quizás no pueda atraerte esa galaxia, no pueda rodear ese río con mis brazadas, pero serán acarreados: creelo posible, creé en eso que sabés que no ocurrirá, pero que de todas formas guía el accionar.
Quizás la casa no sea la más confortable, pero nos preocupamos porque tengas techo. Lo pensamos todo el tiempo, queremos ver ese final. Queremos desde aquí cantarte una canción de cuna, queremos que descanses bajo ese mismo cielo que yo veo empañado. Es mentira lo que allá arriba diagnostican, no se les ocurre otra salida ahora que están comprometidos. Porque mientras te encuentres sólo y con frío, la política, la cultura y el arte debaten y luchan por los discursos, lo que vos y yo nos creemos desde nuestra conformación como personitas. Queda claro para ellos que la piel congelada se encuentra en la luz del túnel del orden seguro, es un paso que se cubrirá como parte de un largo plazo: si yo ahora te meto en una novela apenas nombrado, y como fruto de una locura estructural de la sociedad, o por causas enteramente propias o genéticas, algún otro me atacaría, insertándome en el círculo de pelmazos que esperan ganarse entre sí (y ellos mismos, su propio sustento de realidad modificada y sazonada con compañerismos diletantes y parejas afectas al toco y me voy típico de la droga y el surrealismo que se pregona por esos lugares del under ya subvencionados, los mundillos de la militancia y los feudos académicos). Es también un paso a resolverse después de que se entienda cómo la sociedad pretende andar por sí misma o atada a las acciones de cada uno.
No quisiera más que entiendas, alter que todo sobre mí crees saberlo también, que pensarte es pensarme. Es así, y no lo es: no es así, y no es así, porque es algo irreal en este plano. Todo lo que hacemos, decimos, pensamos, tiene una proyección: te pido algo y se que no lo conseguiré, espero que me devuelvas ingratitud. Parece un juego, nos la pasamos entretenidos en los quehaceres y nos machacamos lo que pensamos que está mal sólo para tener cierta idea, de que además de dilapidarnos en excesos, tenemos conciencia del resto. Querés el río limpio, transparente hace mucho, lo planeamos y lo anunciamos. No ocurre, entonces desde ese momento ese estado se mantiene y con él ya contruimos la historia y hacemos chistes, y lo repetimos en las charlas.
Si algún día se vuelve un río celeste y puro, ¿será porque cambiamos?
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bajó del cielo, pa iluminar,
la noche, de mi desvelo
y el triste vuelo de mi vagar,
la luna, de terciopelo
me dio el consuelo de sollozar.
Galopo sobre el rocío,
y el canto mío quiere llegar
al fondo del horizonte,
cruzando el monte pa despertar,
el sueño de una alborada,
libre y alzada, de mi soñar.
Un ave cruzando el cielo,
y aquí en el suelo poder gritar
que el mundo no tiene dueño,
ni frunce el ceño, ni sufre más.
Galopo sobre el rocío
y el canto mío, quiere llegar.
Me pregunto cuánto y cómo,
y por qué mi lomo no aguanta más.
No quiero cerrar el puño,
pero mi puño es la libertad.
Pa qué quiero la existencia,
si mi conciencia no puede más.
No quiero cerrar el puño,
pero mi puño es la libertad.
No quiero ser reventado
y estoy cansado de reventar.
No quiero cerrar el puño,
pero mi puño es la libertad.
Galopo sobre el rocío,
y el canto mío quiere llegar.
Me pregunto cuánto y cómo,
y por qué mi lomo no aguanta más.
No quiero ser reventado
y estoy cansado de reventar.
No quiero cerrar el puño,
pero mi puño es la libertad.
No quiero ser reventado
y estoy cansado de reventar.
No quiero ser reventado
y estoy cansado de reventar.
No quiero ser reventado
y estoy cansado de reventar...
("Sobre el rocío",
José Larralde)